
Sucesivos ataques se vienen registrando en la
Macrozona Sur en las últimas semanas, donde han resultado destruidos centros de salud,
escuelas y recintos religiosos, además de enfrentamientos entre Carabineros y las
orgánicas radicales en Temucuicui.
En este escenario, los senadores Carmen Gloria Aravena (Partido Republicano), José
García Ruminot y Rafael Prohens (ambos de RN), presentaron un proyecto de acuerdo,
que contó con la firma y el apoyo transversal de otros 25 parlamentarios de la Cámara
Alta, en que solicitan al Instituto Nacional de Derechos Humanos un pronunciamiento en
contra de la violencia y el terrorismo que se registra en la Macrozona Sur.
Y es que para los legisladores resulta incomprensible que este organismo no se haya
referido nunca a la vulneración de los derechos fundamentales que afecta a los habitantes
de esa parte del país, considerando, según datos de Carabineros, que de 2018 hasta 2022
se registraron 5.400 hechos de violencia en las regiones de Bio Bío, La Araucanía, Los Ríos
y Los Lagos, y que en el primer semestre de este año ya han ocurrido 551 episodios de
igual naturaleza.
En el proyecto, los senadores piden también que el Instituto de Derechos Humanos, de
acuerdo a su Ley Orgánica, establezca medidas que contribuyan a promover y resguardar
los derechos fundamentales vulnerados en la Macrozona Sur, porque además se trata de
principios que están consagrados por Naciones Unidas en la Declaración sobre medidas
para eliminar el terrorismo internacional y la estrategia global contra el terrorismo.
Para los congresistas resulta inverosímil que el organismo encargado de promover y
resguardar los derechos humanos en el país no se haya pronunciado frente a un problema
tan delicado y de tan larga data, sobre todo, teniendo en cuenta que Chile se ubica en el
lugar 17 del índice Global de Terrorismo.
Al respecto, la Senadora Carmen Gloria Aravena indicó que “cuesta encontrar una
explicación que justifique este prolongado silencio del Instituto Nacional de Derechos
Humanos respecto a la violencia y terrorismo que se registra en la Macrozona Sur, donde
durante 25 años han sido asesinadas personas a manos de las orgánicas radicales, a
muchas otras se les han destruido sus bienes y despojado de sus fuentes de trabajo,
sumado a que no se les está resguardando el derecho consagrado por la propia ONU
referido a que `todo individuo tiene el derecho a la libertad y seguridad personales´”.
La legisladora agrega que “aquí no sólo se está transgrediendo la Constitución y la
legislación nacional, sino que también acuerdos internacionales a los que ha adherido el
Estado de Chile, lo que hace doblemente imperioso que el Instituto de Derechos Humanos
se pronuncie en esta materia”.
En esa línea, la parlamentaria puntualizó que “estamos frente a una realidad insoslayable
de que en el país hay terrorismo, que existen grupos que continúan dedicados a generar
violencia y atentados de forma recurrente, y el Estado de Chile tiene la obligación de
hacerse cargo de este problema, incluido el Instituto de Derechos Humanos, que fue
creado precisamente para resguardar que los derechos humanos sean respetados,
cuestión que hasta ahora no ha ocurrido”.
“Este es un llamado de atención al gobierno y las autoridades para que no siga
minimizando lo que ocurre en la Macrozona Sur, y se le otorgue a este problema la
relevancia que tiene, actuando en consecuencia, desplegando una estrategia
antiterrorista que permita detener el actuar de estas orgánicas y desarticularlas”, afirmó
Aravena.
Finalmente, la senadora republicana pidió “terminar con los eufemismos de catalogar la
situación en la Macrozona Sur como simples hechos delictuales o de violencia rural,
porque mientras no exista una real voluntad política del Estado de asumir que en Chile
existe terrorismo, tal como lo reconocen organismos internacionales, se seguirán
vulnerando los derechos de los habitantes de esa parte del país”.
“Qué sentido tiene contar con un organismo como el Instituto Nacional de Derechos
Humanos, si frente al hecho más grave de vulneración de los derechos esenciales guarda
un silencio abrumador e incomprensible”, concluyó la congresista.