Académicos de la Universidad Católica de Temuco explican que el fenómeno es alarmante, según los
antecedentes publicados por el reporte de CONAF y los últimos antecedentes notificados por la
Delegación Presidencial Regional de La Araucanía.
Tras el comunicado de la Delegación Presidencial de La Araucanía, se ha notificado que tres
brigadistas de CMPC han perdido la vida en su labor, combatiendo un incendio forestal en la comuna
de Los Sauces.
El siniestro que ha afectado a 400 hectáreas, como una cifra más que suma a la superficie afectada
dentro de la región, no solo se ha llevado la vida de los brigadistas que fallecieron, sino que otros
trabajadores de la CMPC resultaron lesionados y trasladados hasta el hospital de la misma comuna y
de Angol.
La Corporación Nacional Forestal (CONAF) registra en La Araucanía un total de 459 incendios
forestales con una superficie afectada de 1.831,3 hectáreas, cifra que la misma institución, proyecta
que irá en aumento.
Los académicos Dr. Jorge Jerez y Dr. Celso Navarro, del Departamento de Ciencias Ambientales de la
Facultad de Recursos Naturales de la Universidad Católica de Temuco, explican que el clima
templado de La Araucanía, combinado con la disminución de precipitaciones y el aumento de las
temperaturas desde principios de noviembre, provocan condiciones propicias para la ocurrencia de
incendios forestales.
A modo de ejemplo, los académicos señalaron que la comuna de Galvarino, no presenta lluvias
significativas desde el 12 de noviembre de 2024. En este sentido, agregan que “se debe considerar
que años de altas precipitaciones favorecen el desarrollo de la vegetación, la que al llegar el verano
se seca creando condiciones de alto riesgo de Incendios Forestales”.
Asimismo, los académicos del Departamento de Ciencias Ambientales, enfatizan en la importancia de
informarse y seguir las indicaciones de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) en sus campañas
preventivas para reducir el riesgo de incendios forestales.
Entre las principales recomendaciones se encuentran la eliminación de hojas en techos y canaletas, el
mantenimiento de áreas libres de basura y desechos, la aplicación de técnicas de silvicultura
preventiva para reducir la vegetación combustible, y la importancia de evitar fogatas o parrillas
improvisadas cerca de la vegetación. Igualmente, se enfatiza no arrojar fósforos ni colillas encendidas,
además de respetar la prohibición del uso de fuego en quemas controladas.
Además, los expertos llaman a la comunidad a informarse sobre las regulaciones relacionadas con el
uso del fuego y a reportar de inmediato cualquier señal de humo a los números de emergencia:
Carabineros (133), Bomberos (132), CONAF (130) y PDI (134).
El Director del Laboratorio de Planificación Territorial (LPT) de la UC Temuco, Dr. Fernando Peña
Cortés, releva el uso y gestión del uso del suelo que podamos hacer de nuestros territorios “y sobre
todo establecer áreas buffer o áreas de transición entre la masa forestal, la masa agrícola y los
asentamientos humanos”.
De la misma forma, el director del LPT enfatiza en la necesidad de disponer de cortafuegos en las
viviendas y de una transición entre los usos que permita un manejo adecuado, además de facilitar el
acceso de las brigadas y bomberos a los sectores para enfrentar la emergencia.
Responsabilidad Social
Otro de los factores que reconoce el Dr. Peña es el trabajo de la comunidad y sus preparativos para
enfrentar esta temporada, respecto a la importancia de “cómo disponen de la limpieza de
microbasurales y realizan el control de la maleza de cada uno de los predios”.
La comunidad local juega un rol clave al organizarse con actores a nivel comunal para gestionar la
ayuda y avisar rápidamente a las autoridades, como una medida fundamental. Así lo denomina el
mismo académico, con mayor énfasis en los instrumentos de planificación territorial, especialmente
los de alcance rural.
“Estamos muy expectantes a los futuros planes regionales de ordenamiento territorial que normarán
de forma vinculante los espacios rurales”, concluyó Peña.
Con base a la premisa anterior, el académico llama a reforzar la educación ambiental desde la
enseñanza preescolar hasta la media. Además, la capacidad de respuesta a desastres, como los
incendios forestales, debe mantenerse activa, “ya que la 'curva del olvido' es un fenómeno recurrente:
tras un evento catastrófico, como un incendio forestal, el tiempo de respuesta disminuye con el paso
del tiempo”.